miércoles

Reclamos Adquiridos del Amor

Descaradamente pecas, o talvez solo a manera de oscuro sarcasmo que yo no detecto, te atreves a decirte buena persona.
Tenia razón aquel día que entre susurros te dije, mataría por ti, pues he degollado de la manera mas lenta mi orgullo, te acuso de cruel por habérmelo permitido.
Contigo, no solo perdí la inocencia. Perdí la cordura e infinidad de cosas mas, que reclamo al pasado, aun sabiendo que se encuentran ya tan distantes como el hombre que solías ser.
Creaste recuerdos, que me atrevo a llamar indelebles. Y me arrepiento…
Cada momento donde la coincidencia te trae de nuevo a mi mente a manera de objetos o lugares que asocio contigo, me arrepiento, por haberte dejado sembrarte en mi mente.
Me arrepiento de haberte confiado mis debilidades, pues he llegado a pensar que la desgracia que ahora me brindas es intencionada.
Me arrepiento de haberte expresado tanto, ahora eres soberbio, al saber que nadie me ha provocado, enamorado, excitado, más.
Me arrepiento de cada instante donde mis palabras sirvieron solo como puente entre tu vanidad y la arrogancia.
Contigo, vi perdida la cordura y el orgullo, pero me rehúso a dejarte arrebatar mi dignidad. Me parece increíble, tanto tiempo cegado por un enamoramiento que supiste manipular.
Pensaba que me regalabas esperanza, y ahora me doy cuenta de que solo me pedías la hora.
Mi gran error fue aquella ingenuidad. La odio, por haber mantenido mis ojos vendados a la que se había convertido en mi realidad hace ya más tiempo del que estuvimos juntos.
Me duele verte indiferente. Me duele saberte feliz sin mi.
Pero aún siento el abrazo de mi dignidad, que le reclama a mi conciencia.
Es por eso querido, que los segundos que tarde escribiendo esta oración, serán lo último que pierda por ti.